1, 2, y 3 ¡Cuando tu perro es tu hijo!

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Para las que aún no tenemos hijos, pero sin embargo tenemos una mascota a nuestro lado, no lo podemos evitar, si tienes un perro, tu perro es tu hijo.

Es así de simple, a veces le tenemos que quitar importancia cuando estamos en público para que no se note que se nos va la vida con el perrito, pero cuando llegas a casa lo abrazas y le dejas que te chupe la cara aún a sabiendas de que todo el mundo dice «no le dejes que chupe la cara», !si solo fuera eso¡ !pero si a mi perro solo le falta sentarse a la mesa a comer!.

Un día cualquiera.

Cuando mi novio y yo nos levantamos por la mañana ¿Dónde está mi perrita? !Pues dónde va a estar! En la cama al ladito mía hecha un rosco, al ladito mía pero entre mi novio y yo (ya nos hemos acostumbrado), y si no esta hecha un rosco está estirada con su cabeza en la almohada como si fuera una persona pequeñita, cuando se despierta entre abre los ojos, y me da un besito en la nariz con una ternura muy característica como si fuera a cámara lenta, con ese pequeño gesto ya me he alegrado todo el día.

Evidentemente no se levanta de la cama hasta que yo no me mueva y por supuesto cuando yo me levanto a hacer mis necesidades es lo primero que hace ella, hacer sus necesidades, en una alfombra especial, ni se le sale una gota, ni le sale una caca del perímetro de la alfombra, y por supuesto, la alfombrita se la tengo que cambiar porque ella no hace pipí dos veces en el mismo sitio, ni caca dos veces mismo sitio si la alfombra no está limpia, también es verdad que, últimamente en la mayoría de los casos, se aguanta por la mañana a que la saque en un momentito al parque.

Después de las necesidades, viene el desayuno, unas bolitas de pienso (por supuesto de la mejor calidad encontrado) y medio huesito para los dientes. 

Después de haber desayunado ambas nos vamos al trabajo, yo al mío y ella al suyo que es jugar, tal cual lo estáis leyendo, nos vamos las dos al trabajo, yo tengo la suerte de tener el trabajo al lado de casa de mis padres, muy al lado, y mis padres tienen un jardín bastante amplio, además tienen otra perrita muy juguetona, así que es como si la llevará a la guardería o al colegio, la dejo por la mañana pero no le quitó el ojo y a mediodía la recojo y ella se harta de jugar con su prima, ¡le encanta!.

Al perro de mis padres le decimos «la prima» pero en realidad no son primas, son dos perros de razas diferentes, pero por la cercanía familiar y por reírnos un poco le decimos «la prima», y es que la prima está muy loca, es muy para reírse.

La tarde transcurre igual, mi perrita con su prima y yo en el trabajo. A la tarde noche ambas nos vamos para casa a reunirnos con «papá» 😂 y a ver la tele, comentar cosas del día y cenar tranquilamente.

No tenemos hijos de momento porque somos jóvenes y así lo hemos decidido hasta dentro de un año  o dos pero con nuestra perrita nos sentimos como una familia.

Es más, alguna vez que otra hemos hablado de ello, mi pareja se ríe diciendo «ojalá nuestro hijo sea la mitad de buenos y educados que este perro», también dice «lo bueno que esta perrita es que es tan chiquitita que siempre será igual  de adorable con el paso de los años y no como con los hijos que cuando crecen se vuelven unos cabrones» 😂, en fin bromas aparte, a veces pensamos que cuando tengamos un hijo a ver cómo hacemos para que la perrita no se ponga celosa porque evidentemente nos volcaremos con él en cuidados y atención.

Cuando ella me mira, mi perro es mi hijo.

En cualquier caso, es espectacular la simbiosis que se puede alcanzar con un ser con el que ni siquiera puedes hablar, poco aprendemos las personas de los animales, por supuesto en el mejor sentido de la palabra, pocos seres vivos son tan entregados, tan dispuestos a dar su tiempo, su paciencia, su buen estado de ánimo y alegría.

Y que puedo decir de cuando mi perrita se pone malita, te mira que parece que se le va la vida, que se siente culpable por estar malita, bien por un resfriado o porque está estreñida, lo paso fatal, yo y mi novio, normalmente esperamos un poco hasta llevarla al veterinario, y normalmente se le pasa, se ha estreñido de tanto comer así que una vez hace caca se le pasa el malestar, por cosas como estas es muy importante no darle de comer en exceso a los perros, ellos no parecen saciarse nunca y luego vienen los problemas. 

Muchas veces pienso en esto, el día que me levante por la mañana y no necesite un café, tenga alegría en el cuerpo sin motivo alguno, no miré con prejuicios a los demás, no me ponga de mal humor por tonterías y valoré cada segundo que pasó con la gente a la que quiero, entonces cuando habré alcanzado «el nivel perrito» un nivel de conciencia de uno mismo y del entorno muy por encima de nuestra conciencia humana, por lo general, egoísta y malhumorada.

Es por todo esto qué mi perro es mi hijo y yo su madre. Y es que al final en amor es un ejercicio también de paciencia.