Magallanes Y El Cano, es cosa de emprendedores.

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Siempre hay proyectos culturales que sorprenden, sorprenden por su existencia, por su desarrollo y sobre todo por el arrojo y sacrificio para alcanzar metas muy por encima de las posibilidades de su realización.

Seamos realistas, al margen de los cabellos de los «ángeles» del emprendimiento o los «master» mágicos que lo venden todo como si del aire cayera el éxito, existe la realidad de los emprendedores, los verdaderos emprendedores, «esa gran mayoría» que ni cortos ni perezosos hacen de sus iniciativas una auténtica odisea.

Hace tiempo me topé en la redes sociales con un personaje sevillano de lo más curioso, desgraciadamente no le conozco personalmente, pero me gustaría sin duda. Me topé con su trabajo creativo a raíz de una web que se llama Sevilla con los Peques, la iniciativa en cuestión era la presentación de una película infantil para planetarios en la Casa de la Ciencia de Sevilla, la adaptación de Don Quijote de la Mancha para niños. Esta noticia me permitió indagar sobre este proyecto y acabé en una web que se llama Buofulldome. En esta web, Buofulldome pude ver varias películas de animación en 2D de contenidos didácticos para planetarios digitales. ¿Cómo? ¿Planetarios digitales? ¿Qué es esto? pues esto es que entras en una especie de cine que tiene por pantalla de proyección una cúpula (una semi esfera) y tú como espectador estás dentro de la historia ya que toda la narrativa se desarrolla a la izquierda, derecha, atrás, delante y arriba de cada uno de los espectadores, es decir, una proyección en 180º, interesante ¿verdad? pues si que lo es, y más aún si eres un pequeñajo/a de 4 a 10 años.

Recientemente pude comprobar que  el mismo autor había desarrollado una nueva película para planetarios, se trata ni más ni menos que 30 minutos de animación infantil para contar la expedición de «Magallanes y el Cano», la primer adaptación sobre Magallanes para planetarios digitales, por supuesto me vi entera la película en la web mencionada y la verdad, ojalá pueda asistir un día de estos a la proyección de esta película y disfrutarla como un enano.

Lo más curioso es que esta película de «Magallanes y el Cano» esta hecha por un «sevillano» para un tipo de soporte poco popular en España aunque bastante innovador y valorado en otros países como Alemania, Francia, Inglaterra, EEUU, Japón, China, Chile, México,  etc, un planetario es una institución muy visitada por los alumnos de los centros escolares y sus respectivas familias, ¿Y que pasa con España?… !yo que sé¡ «habeilos hailos pero hay que encontrarlos» y a ver en qué estado se encuentran.

Sin duda es algo que merece la pena conocer y disfrutar, como os dije, a raíz de la noticia de Sevilla con los Peques, en enero de este año compré unas entradas y me planté en el planetario de la Casa de la Ciencia de Sevilla como mis hijos pequeños y disfrutamos de otra película del mismo autor «Caperucita Roja, el telescopio de la Abuela»,en serio, muy muy chulo, atención que son dos «muy».

Desde luego es una pena que hoy día estos proyectos culturales estén de capa caída debido al Coronavirus de las narices, y es que el mismo planetario de la Casa de la Ciencia de Sevilla está literalmente cerrado, aunque también es lógico con la que está cayendo. Con más razón hay proteger desde las instituciones públicas la oferta cultural, especialmente la privada, ya que es más vulnerable de desaparecer en escenarios como el actual, si desaparecen las actividades culturales bien aburridos serán los días y las noches.

Debido al Coronavirus, un proyecto tan interesante como el expuesto aun no ha podido ser estrenado, ni me quiero imaginar cuanto cuesta hacer una película así y la desolación que puede suponer no poder estrenarla después del duro trabajo, una pena sin duda y en plena conmemoración del la expedición de Magallanes y El Cano, el colmo de los colmos.

Pues lo dicho, siempre hay proyectos que sorprenden, sorprenden por su existencia, por su desarrollo y sobre todo por el arrojo y sacrificio para alcanzar metas muy por encima de las posibilidades de su realización, es por ello que este post está dedicado a los «Magallanes» que se lanzan a la aventura de norte a sur, de este a oeste, cueste lo que cueste.